“Alejandro Licona, 70 años de edad.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
El teatro en México en el siglo XX contó con una amplia gama de extraordinarios dramaturgos. Alejandro Licona es uno de ellos. En su larga trayectoria ha escrito más de cincuenta piezas teatrales, además, es muy conocido por sus guiones para cine y televisión. En el presente año el dramaturgo mexicano cumplió setenta años de vida y con ellos más de cincuenta años como escritor. En esta ocasión nos acercaremos al teatro de Alejandro Licona a través de una de sus obras más conocidas titulada: “El rey no muerde.”
Las obras que he leído de Alejandro Licona son pequeñas, algunas se desarrollan en dos actos, un ejemplo es la pieza: “Se llamaba Marina y vive en el pantano”. En el caso de la comedia histórica: “El rey no muerde”, en esta la historia se desarrolla en un sólo acto. Lo anterior implica que leer el teatro del maestro Licona no exige demasiado tiempo, eso sí, cada lectura se disfruta y provoca un sinfín de reflexiones, agregando que el lenguaje es ligero, sencillo, los personajes son claramente tratados ya que el lector rápido los identifica, va sintiendo su rol, la trascendencia de cada uno, y algo más, luego luego se detecta lo fundamental de la historia, la crítica, el planteamiento del autor, veamos todo esto analizando la obra: “El rey no muerde.”
De entrada, aquí estamos ante una comedia inspirada en un hecho histórico. El personaje es el mítico rey Nabucodonosor, aquel legendario rey de Babilonia que muchos conocimos cuando leímos la biblia, particularmente en el libro de Daniel. Sabemos que Nabucodonosor fue un rey poderoso, empero, que vivió una “maldición” debido a su soberbia y arrogancia. Esta maldición consiste en que en un promedio de siete años enloqueció y vivió como las bestias en los campos alejado de los hombres. Este hecho es el punto central en la pieza de Alejandro Licona. El rey sigue errante viviendo como animal, actúa tal cual, y en este ambiente se encuentra con dos protagonistas importantes en la comedia llamados Aspenaz quien es padre de Ibis. El rey será cuidado por Ibis, utilizado por Aspenaz, pero hay dos personajes más que sobresalen llamados: Belsasar y Holofernes. Belsasar es hijo de Nabucodonosor y desde el momento en que su padre se vuelve loco de automático se convierte en rey. Holofernes es un hombre de confianza de Belsasar y su principal función será ejecutar la muerte del desgraciado Nabucodonosor.
Belsasar muy influenciado por Holofernes y al final por decisión propia ha decidido ordenar el asesinato de su padre. Al inicio expresa que es por compasión, piensa y cree que en el estado en que vive su padre sólo sufre y una vida así no vale la pena vivirla. Poco a poco se va notando que la orden de asesinato tiene mucho que ver con el deseo de obtener el poder total. Ibis al inicio cuidaba humanamente al rey sin saber que era rey, después al conocer su historia lo siguió cuidando de la misma manera. Lo interesante es que cuando el asesinato del rey está ordenado y planeado, éste recupera la razón. A partir de aquí con la ayuda de Ibis el rey ante los demás mantendrá su estado de locura, y así irá descubriendo el universo de traidores que lo han rodeado en todo su reinado. Realmente es muy ilustrativa la forma en que el dramaturgo mediante la figura histórica de este personaje nos muestra lo ruin que pueden llegar a ser las personas con tal de obtener poder o mantenerse en él.
En la historia aparecerán más personajes, sólo dos representan ser honestos, dignos. Los demás son bajos, crueles. Si pensamos en el hijo, recordemos que él ordenó el asesinato, a esto debemos agregar que a personajes cercanos a su padre que se opusieron a sus caprichos los encarceló, seguramente a muchos decapitó, dentro de estas víctimas se encuentra Miriam, antigua concubina de Nabucodonosor quien se negó a acceder a los deseos sexuales de Belsasar. Cuando el rey retorna al palacio va descubriendo todos estos sucesos.
Entonces, Miriam representa ser un personaje digno y leal. No obstante, sin duda alguna la heroína de la historia es Ibis. Esta bella joven no sólo es decente y limpia del alma, asimismo, con su actitud le demostró a Nabucodonosor que no todos al ver el oro se corrompen, le enseñó que, aunque sea una minoría humana, existe el honor y los valores por encima de la riqueza y el poder. Lo cautivante de la historia estriba en conocer cómo se conducirá Nabucodonosor si logra recuperar el trono, porque hasta el momento que vive en la desgracia valora la actitud de Ibis y ella se encuentra enamorada de él. La historia continua y el rey recupera su trono, cada traidor recibirá su justo castigo, el rey se está comportando equilibradamente, aunque Ibis duda de su actitud ante ella, por eso un poco desilusionada expresa lo siguiente:
“Ibis: (Entre dolida y furiosa). No seas estúpida, Ibis. Lo del rey es puro agradecimiento. Tú eres una plebeya, la más miserable de todas y si estás aquí es por…Cosa de Dios…¿Para qué entonces me dijo que era bonita? ¿Qué me iba de decir que no terminó de hacerlo? (Triste.) Estás mal, Ibis. El rey es como un águila. Vive en las alturas. Tú no. Puedes admirar los cielos, pero no puedes aspirar a vivir en ellos (enojada consigo misma.) No llores. Tú sola te has armado todo esto. Él nunca te dijo que te amaba…Nunca…”
Al final de la historia me encontré con una tercera persona honorable, puede ser que sea el rey…Pieza en un acto de Alejandro Licona.
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