El departamentito de Estado

“Con audacia se puede intentar todo, más no conseguirlo todo.” – Napoleón Bonaparte.

 

La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México, significó para millones de mexicanos la esperanza de un cambio verdadero.

Las promesas de acabar con la corrupción y de imponer el ideario de no mentir, no robar y no engañar al pueblo de México simplemente se quedaron en vanas ilusiones.

A cuatro años de administración las condiciones de inseguridad y de combate a la corrupción evidencian la demagógica política del presidente, quien no puede contener su diatriba perniciosa desde el púlpito presidencial de Palacio Nacional.

Este miércoles 22 de marzo, pasará a la historia por haber sido el día en que el mandatario nacional perdió el pudor y habló con franqueza sobre lo que piensa del Gobierno de Estados Unidos y de algunas de sus instituciones.

Sin tapujos, sin miramientos, sin cortesía, mucho menos finura en la forma y manera de expresarse acusó que el Departamento de Estado de Estados Unidos hay un área dedicada a proteger al conservadurismo en el mundo.

López Obrador afirmó “es un departamentito dentro del departamento de Estado que protege al conservadurismo de América Latina, del Caribe y del mundo, esa es su función, por eso ahí van como era antes, como fueron a buscar a Maximiliano”, al responder al resultado del Informe de Derechos Humanos 2022, que el Departamento de Estado publicó recientemente.

En dicho documento, el Gobierno de Estados Unidos asegura que “en México hay desapariciones extrajudiciales, tortura, impunidad y corrupción”, a lo cual el mandatario mexicano aseguró que son mentira.

Envalentonado como es su costumbre, López Obrador pasó de ser un pseudo estadista a un simple dignatario con poses dictatoriales al afirmar que el informe es un “bodrio” y que el departamento de la dependencia que lo elaboró no tiene pruebas sobre las acusaciones.

Se basan en meras calumnias, en especulaciones, no presentan ninguna prueba afirmó el tabasqueño.

¿A qué obedece está reacción fuera de protocolo, porque responde de manera tan directa y sin apego a las recomendaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en donde la diplomacia impera con base en el conocimiento de expertos?, ¿Será acaso que la reciente visita de legisladores norteamericanos dejó un nuevo mensaje de los hechos y actos ejecutados por el círculo cercano del presidente López Obrador, que lo han puesto muy nervioso?

De ser así no podemos dejar de lado, ciertos eventos e informaciones que han sido divulgados tras la reciente visita parlamentaria a México.

Resulta que, tras la primera visita de congresistas americanos, en donde pusieron un ultimátum para la aparición con vida de los 4 connacionales en Tamaulipas, el Gobierno de México hizo que aparecieran en un plazo menor al estipulado, así fue como en 24 horas de 48 que tenían que aparecieron.

En esa primera visita, los legisladores texanos llegaron con funcionarios de la DEA, FBI, seguridad nacional de los EUA, a José Ramón López Beltrán lo dejaron afuera en el pasillo. Ese día, asegura la fuente, se vio discutir a Carolyn Adams –su pareja sentimental- con el mismo José Ramón.

La acalorada discusión tuvo que pasar al interior de una de las oficinas de Palacio Nacional pues el personal de limpieza, los meseros y personal militar y asistentes del personal americano, se dieron cuenta de lo ocurrido, reparando que la salida de la señora Adams, se dio 10 minutos después, con cara de pocos amigos.

Se ha podido saber que dentro de esa reunión estaba a su lado izquierdo del presidente López Obrador, su hijo Andy Jr. junto con Jesús Ramírez, ambos sentados y tomando nota; el que traducía eran Marcelo Ebrard y el embajador de EUA, Ken Salazar sobre lo que le decían los legisladores, en ese momento los congresistas norteamericanos le informaron al presidente que el Gobernador de Tamaulipas, Américo Villareal sostiene vínculos directos con el crimen organizado y que el pacto que tiene con la delincuencia organizada era más que evidente al entregarles a los conciudadanos en menos del plazo establecido.

Ahí le presentaron el contenido de las carpetas de investigación de la DEA contra Villareal, misma que habría sido recabada por el congresista texano Dan Creneshaw, en las que brinda el nombre del principal líder del Cártel del Golfo, José Alfredo Cárdenas alias el “Contador”, exigiendo a López Obrador que lo tiene que capturar y entregar en poco tiempo a los EUA lo que asintió de manera afirmativa López Obrador, es claro que en dichas carpetas están los detalles de una parte de las investigaciones donde el Gobernador de Tamaulipas protege y es cómplice de este narcotraficante.

La fuente afirma que el rostro del presidente López Obrador era de coraje, y este se intensificó más cuando uno de los congresistas americanos le dieron un plazo para capturar a Ismael “El Mayo” Zambada o a Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, ya que no se conformaba el Gobierno de Joe Biden con la captura de Ovidio Guzmán, haciéndole hincapié a López Obrador de que sí no ocurría alguna de esas capturas antes de fin año iban a sacar a la luz pública toda la corrupción y vínculos con el crimen organizado, del saqueo del dinero del país e inversiones fraudulentas en Texas y en países caribeños de sus hermanos, hijos y demás familiares y amigos muchos de ellos con cargos públicos dentro del gobierno de la 4T.

El congresista americano le dijo a López Obrador que en dichas carpetas estaban las ubicaciones y los modus operandi dentro de territorio mexicano para ingresar la droga a los EUA, así como las complicidades y protección del Gobernador de Tamaulipas y de los funcionarios policiales de dicho Estado tamaulipeco para con el Cártel del Golfo.

Ya que los legisladores americanos le hicieron saber a López Obrador que no se iban a tragar el cuento y el show montado acerca de los supuestos delincuentes que secuestraron y asesinaron a dos de los americanos días atrás, dejando con vida sólo a dos de ellos.

Mucho menos el cuento aquel de que a unos días del incidente el mismo Cártel del Golfo fue a entregar a los narcos responsables del levantón amarrados y tirados junto a una camioneta y con el mensaje de que ellos fueron los que supuestamente cometieron dicho secuestro contra los 4 americanos, y que pedían disculpas al gobierno americano, eso no lo iban a permitir y que querían la captura del líder principal del Cártel del Golfo lo antes posible o en su caso iban a ir contra el Gobernador de Tamaulipas Américo Villarreal y varios de sus funcionarios ligados al Cártel y que lo van hacer público en caso de negarse a colaborar con las agencias americanas para que sea lo más pronto posible.

El ultimátum lanzado expresaba también que en caso de negativa iban a presionar desde el Congreso de Estados Unidos –ambas bancadas- republicanos y demócratas al Presidente Joe Biden para declarar a los cárteles mexicanos como terroristas.

Dicho eso el presidente Andrés Manuel López Obrador asentó que si actuaría en contra de los criminales señalados –aunque en su gesto se observaba la molestia de dicha petición-, lo que el Ejecutivo Federal deseaba era terminar lo antes posible con el encuentro para que nadie más siguiera enterándose de dichos hechos.

¿Será acaso que molesto por la presión del Gobierno de Estados Unidos, el presidente López Obrador respondió lo que respondió la mañana de este miércoles?

Ya se verá, lo cierto es que el presidente de México, ha puesto en un dilema al Gobierno de Estados Unidos, al descalificar a su Secretaría de Estado y a sus informes.

La reacción que vendrá será de pronóstico reservado eso que ni qué.

 

Al tiempo.

 

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