El Bola 8 insiste en seguir insultando a Adán Augusto López: “Quien piense en elecciones se llame como se llame no es más que un ambicioso vulgar”

El Bola 8 insiste en seguir insultando a Adán Augusto López: “Quien piense en elecciones se llame como se llame no es más que un ambicioso vulgar”

Una cosa hay que reconocerle al secretario de Gobierno de Veracruz, la temeridad. Y es que el llamado Bola 8 no le teme a Dios, no le teme a los fantasmas, tampoco le teme al ridículo, mucho menos le ha de temer al secretario de Gobernación, Adán Augusto López. En una ocasión anterior señalamos que el secretario de Gobierno de Veracruz acusó a Adán Augusto de ser de esos que “quisieran regresar a ese pasado turbio”. La molestia del Bola 8 fue porque el de Gobernación destapó al diputado Sergio Gutiérrez Luna como su gallo para la gubernatura en 2024. Esta vez, cuestionado sobre ese destape, el Bola 8 se dejó llevar de nuevo por sus protuberantes vísceras. Cisneros Burgos dijo sobre el secretario de Gobernación: “Quien piense en elecciones se llame como se llame no es más que un ambicioso vulgar. Quién anda pensando en una lección es por una ambición personal. Esa persona no está en sintonía de la Cuarta Transformación”. Sobre Sergio Gutiérrez Luna dijo que el tipo “es un payaso que se junta con lo más oscuros” ¡Cálmate luminoso! Si hay alguien oscuro en Veracruz, ese es Eric Cisneros Burgos, y no lo decimos por el color de su piel, sino por la mala entraña que se carga, por el trato que brinda a los demás, por su responsabilidad en la muerte de varias damas, entre ellas Floricel Ríos y Sofía Martínez Huerta.

La insoportable inutilidad del lenguaje inclusivo. Le ponen a la calle Xalapeños Ilustres “Xalapeñas Ilustres”, como si eso las reivindicara

Sólo aquellas que no creen en el valor de lo suyo, obligan a otros a que las volteen a ver, como si ellas estuvieran convencidas de que para nosotros no existen. La lucha del feminismo es loable, sobre todo porque busca, en una sociedad machista, demostrar que gran parte del progreso de la civilización se lo debemos a ellas, las mujeres; quien niegue la aportación femenina en el progreso de la humanidad no es que sea antifeminista, es un imbécil. Sin embargo, algunas feministas se pierden en la lucha por la igualdad, así, sin matices, cuando está claro que por nuestra naturaleza hombres y mujeres somos distintos; nunca podremos ser iguales. Luego eso del lenguaje inclusivo. Creen las feministas del movimiento del lenguaje inclusivo que pueden imponer en unos cuantos años cambios gramaticales que a todas las sociedades les llevó siglos. ¿En serio se creen que poniendo “Xalapeñas Ilustres” a una calle es agregarle sentido? ¿Si creen que eso reivindica la lucha de las mujeres de Xalapa, pues cuanta pobreza de miras? No vamos a decir que es una ridiculez, para que no se sientan agredidas las de esta iniciativa. Baste señalar la insoportable inutilidad del lenguaje inclusivo. En alguna ocasión una de estas feministas reclamaba que la sociedad machista había impuesto el género masculino a Dios, por lo que para ella la deidad era diosa. Llamarlo como a uno se le pegue la gana no cambia la esencia ni consistencia de Dios. Antes bien, “sea Dios hallado veraz, aunque todo hombre (o mujer) sea hallado mentiroso”.

Por más esfuerzos que haga Yasmín Esquivel, nada le quitará el título de plagiaria. Ella entregó un año después una tesis que ya se había entregado un año antes

Ahora sale Yasmín Esquivel con un audio en el que Edgar Ulises Báez reconoce haber tomado unas partes de su tesis. Reconoce además el abogado Báez que mintió cuando dijo que ningún notario lo había visitado. ¿En cuánto le saldría a la plagiaria esa confesión hechiza? Sin embargo, por más esfuerzos que haga Yasmín Esquivel por demostrar su inocencia, el título de plagiaria nadie se lo quita. Vamos a suponer que sí, Édgar Báez copió la tesis de Yasmín Esquivel. Édgar Báez la entregó a la UNAM un año antes, por lo que el derecho de autor, que es intrínseco, le pertenece a Edgar Báez. Por ello, aún suponiendo que Yasmín Esquivel es la autora intelectual de esa tesis, al presentarla un año después, eso la convierte en una plagiaria. Pero no sólo eso. Las dos tesis son en más del 90 por ciento idénticas; de modo que no puede ser cierto que Edgar Báez sólo haya tomado unas cuantas partes de la tesis. El plagiario o plagiaria tomó casi al 100 por ciento el contenido de la tesis original. Además, de acuerdo con los que investigaron las dos tesis, la de Edgar Báez es más completa, pues trae entrevistas incluidas, algo que no trae la de Yasmín Esquivel. Además, la de Yasmín Esquivel está desactualizada. Por ello decimos que, por más esfuerzos que haga por demostrar su inocencia, nada le quita a la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el título de plagiaria.

Armando Ortiz                                    Twitter: @aortiz52                             @lbajopalabra