Alfonso Durazo es un tipo de cuidado. Se va de la Secretaría de Seguridad y la realidad es que nadie sabe qué hacía, lo que se percibe desde el punto de vista de la población es que era un florero más en la administración pública.
Alfonso Durazo empezó en la política militando en el PRI, en 1976, ascendió rápido porque unos años después se convierte en amigo de Luis Donaldo Colosio, cuatro años mayor que él. Después de la muerte de Colosio espera cinco años en busca de hueso y no lo encuentra. Es a partir de 1999, cuando atraído por la figura de Vicente Fox, se va al PAN, y se convierte en su secretario particular. Después de trabajar cuatro años con Fox, salió al PRD para convertirse, automáticamente, en una persona de izquierda, siendo diputado federal, traicionando los ideales que le movieron en los dos partidos políticos anteriores.
Así, se cambia a Morena en 2014, se dice convencido de la figura de Andrés Manuel López Obrador y es así como se convierte en senador por Morena el 1 de septiembre de 2018, para tres meses después ser designado secretario de Seguridad, en un desempeñó irregular.
Ahora renuncia para buscar la gubernatura de su estado natal, Sonora. La realidad es la inseguridad en que deja el país, con un total de 63,792 homicidios dolosos, hasta el cierre de cifras en septiembre pasado. Existe un promedio de 10 mujeres asesinadas diariamente.
Durazo sostiene que en septiembre pasado bajaron 8.4 por ciento los asesinatos, y 4 por ciento en comparación con el año pasado. Las tareas relevantes y los logros alcanzados en materia de seguridad han sido responsabilidad de la Sedena y la Semar. Nada se ha dicho de una oficina burocrática donde sólo llevan las estadísticas y los promedios, pero carecen de una estrategia real.
Se le adjudica la inacción del Culiacanazo, donde se detuvo a Ovidio Guzmán, hijo de “El Chapo” y luego se le liberó. Episodio oscuro en la historia del narcotráfico mexicano.
Durazo aseguró que deja la Secretaría de Seguridad, no se aparta de la 4T y que seguirá los lineamientos del presidente Andrés Manuel López Obrador. Lo cierto es que muy apegado a la teoría del Presidente, de abrazos y no balazos, dejó sin atribuciones a la Secretaría de Seguridad y en esa frase se cobijó Durazo para no hacer nada.
El presidente correspondió públicamente a los halagos de Durazo al decir que: “Lo estoy convenciendo de que se quede porque ha hecho muy buen trabajo y nos ha ayudado mucho”.
La renuncia de Durazo en el gabinete de seguridad debe mostrar más seriedad de parte del jefe del Ejecutivo, porque tratándose de uno de los mayores problemas de la sociedad mexicana no ha designado a nadie, y esto requiere de preparación y sobre todo del apoyo social que todo vigilante de la seguridad de los mexicanos debe tener en todo momento. Es necesario que el nombre de quien sustituya a Durazo se dé a conocer y que se especifique en qué consiste su tarea, porque ante la pasividad del sonorense nadie sabe en realidad lo que logró, evitó o en lo que fue omiso.
Tardarse en la designación del próximo secretario de Seguridad implica un descuido en las tareas de dicha secretaría, si es que hubo alguna en algún momento. Y esto implica asaltos, secuestros, asesinatos, feminicidios, etc.
La búsqueda de la gubernatura no se advierte fácil para Durazo pues dividiría la coalición que desde hace varios años tiene Morena con el Partido del Trabajo, ya que este tiene como su candidata desde hace tiempo a Ana Gabriela Guevara, quien podría hacer mejor papel que Durazo. En Sonora no es muy querido y tendrá que hacer una intensa campaña de a pie y ensuciarse los zapatos para ser competitivo en las urnas.
Por lo pronto la oposición ya los tiene en la mira y comienzan a adjudicar incompetencias e irresponsabilidades en ambos, para tratar de imponer a un candidato para Sonora, donde suena el nombre de Lily Téllez, quien también ha cambiado varias veces de partido, pero siguen viéndola con buenos ojos en la cúpula del PAN, partido que ahora más que nunca carece de cuadros sólidos para competir en las elecciones del próximo año.
Lo que quedó claro en el paso de Durazo por la Secretaría de Seguridad es que no sabe nada se seguridad, menos aún en cuestiones prácticas y ante el miedo de la filtración de información prefirió quedarse sin asesores que sabían su trabajo antes de que le hicieran una mala jugada. Ante este temor la seguridad en el país se vio paralizada y sin responsable a la vista porque nunca se conocieron dónde empezaban las atribuciones de esa secretaría y las de Marina o Sedena. De tal suerte que para justificar su incompetencia tiene varias salidas. PEGA Y CORRE. – Reaparece Elba Esther Gordillo para rescatar de las garras de la antidemocracia el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que dirigió por un periodo de 25 años. Ahora apoya el Movimiento Nacional por la Transformación Sindical, que surgió en 2018, para que el gremio se apegara a derecho y a la legalidad en favor de los trabajadores. La maestra tiene muchos seguidores, pero también muchos enemigos y puede empezar una guerra que podría tardar años en terminar… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.