Lo que se dice siempre: “Falta mucho por hacer”, y a veces suena a excusa, a disculpa, a… Es cierto, quizás, pero por qué no mejor mejorar (“Mejor Mejora Mejoral”, era un slogan creado por el gran poeta Salvador Novo); digo, mejorar nuestras expresiones y actitudes, para seguir trabajando por los demás, he ahí la clave, ¿o no? Como expresó Scott Hamilton: “La única discapacidad en la vida es una mala actitud”.
En su pronunciamiento en la Octava Sesión Ordinaria de la LXVII Legislatura estatal, el diputado Omar Edmundo Blanco Martínez -qué bien por ser el primer diputado con discapacidad y ojalá hubieran más-, expresó que este “3 de diciembre se conmemoró el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, esta fecha fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992 con el objetivo de promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo.”
Agregó: “A lo largo de los años, este día, ha sido una oportunidad para generar conciencia sobre los desafíos que enfrentamos y para promover la inclusión plena en la sociedad. Considero que antes era impensable que una persona con una condición de discapacidad, en mi caso, motriz, llegara a ser diputado.”
Fue claro: “Pero gracias al movimiento de regeneración nacional (Morena) que me postuló en la acción afirmativa para personas con discapacidad, logré ser el primer diputado con esta condición que está para trabajar en favor de las y los veracruzanos en este poder legislativo. La discapacidad motriz no nos ha limitado, es por ello que seguimos luchando, por lo cual al día de hoy contamos con dos diputadas federales veracruzanas que padecen lo mismo que un servidor, me refiero a las compañeras, Mónica Herrera Villavicencio y Kenia Muñiz Cabrera, ambas luchadoras en favor de cada una de las personas con discapacidad.”
Cuestionó: “¿Cómo es posible que la presencia de la población con discapacidad parezca diluida de la vida pública y de la discusión colectiva? La explicación es de factores múltiples. Es la inercia de una vieja cultura de exclusión. Es también la falta de empatía de quien supone que la discapacidad implica “minusvalía”, como se nos etiquetó por muchos años. Responde también a un círculo vicioso en el que muchas personas con discapacidad se sienten
rechazadas y, en respuesta, se separan de la interacción social.”
Continuó: “Es verdad que hoy, desde nuestras trincheras, luchamos para estar mejor y
contar con políticas incluyentes y de emparejamiento de oportunidades, que promueve la Cuarta Transformación. Pero “mejor” no necesariamente significa “bien”. Ni “avance” significa que se haya alcanzado la meta. Las personas con discapacidad enfrentamos barreras significativas, tanto físicas como sociales, que limitan el acceso a la educación, al empleo, a la atención de salud y, sobre todo, a la plena integración en la vida comunitaria.”
El diputado enfatizó: “Por ello es fundamental que sigamos trabajando juntos para mejorar el acceso a espacios públicos, transporte y tecnología; asegurar la educación inclusiva y la capacitación laboral; garantizar el acceso a servicios de salud y rehabilitación adecuados, y
combatir la discriminación y los estereotipos que nos afectan a las personas con discapacidad.”
Concluyó en su intervención: “Un servidor, Presidente de la Comisión Permanente de Derechos Humanos y Grupos Vulnerables de esta 67 legislatura, me comprometo a impulsar políticas públicas que promuevan la accesibilidad, eliminen la discriminación y garanticen la igualdad de derechos y oportunidades para las personas con discapacidad.
“Mi presencia aquí en esta máxima tribuna de Veracruz responde a una representación social que no tuvo voz por mucho tiempo.
“El Día Internacional de las Personas con Discapacidad no es sólo una fecha en el calendario. Es un recordatorio constante de la necesidad de reflexionar sobre el papel que cada uno de nosotros juega en la construcción de una sociedad más inclusiva. No es suficiente con reconocer los derechos de las personas con discapacidad; debemos actuar para que esos derechos se materialicen en nuestra realidad cotidiana.
“Sigamos trabajando juntos para garantizar que las personas con discapacidad tengamos la dignidad, el respeto y las oportunidades que merecemos. ¡Por una sociedad inclusiva, accesible y justa para todas y todos los Veracruzanos!”
Enhorabuena. Ya hacía falta esa voz y ese voto. Ojalá continuemos en ese camino, lejos de separaciones y miedos. Lo dijo Nick Vujiic: “El miedo es la más grande discapacidad de todas”. Y Ron Heagy señaló: “¡Aléjate de los que te compadecen! Acércate a quien te estimule.”
¿Se entiende?
Los días y los temas
El comediante chileno con discapacidad, apunta: “Me presento: soy Lucho Miranda, soy comediante y para los que no me conocen, no, no estoy borracho. Tengo una discapacidad que me hace parecer medio borracho, pero no. Aunque no tengo cómo demostrarlo porque no puedo caminar derecho”.
Añade: “Creo que lo más importante es normalizar la discapacidad para que no se vea como algo negativo o algo por lo que la gente deba sentir lástima. Porque la discapacidad no es un sufrimiento de por vida, no es un dolor”.
Y alguna vez contó el siguiente chiste: “Mi sueño es comprarme un automóvil, llevarlo al mecánico y decirle que tengo un problema motor. No va a saber a quién atender.”
De cinismo y anexas
Bueno, así las cosas. Me quedo con mi querida Frida Kahlo: “Para qué quiero piernas, si tengo alas para volar.” Y con mi recordable Hellen Keller: “En el maravilloso reino de la mente, he de ser libre como los demás…”
Hasta la próxima.