Declinaciones: moda o traición

Las declinaciones se convirtieron en boomerang para el PRI, principalmente, partido del que se afirmaba no peleaba por el triunfo electoral sino por un segundo lugar en las elecciones. El pretexto nadie se los cree, porque con la suma de algunos nuevos adherentes donde ha habido declinaciones no les alcanza y ha habido también en lugares donde sin sumarse otros candidatos la oposición tenía muy claro su triunfo.

Este es el caso de Chihuahua, donde la candidata del PAN; María Eugenia Campos, tenía las de ganar sin ningún problema, a pesar de ser señalada por el gobernador de su estado Javier Corral, de tener nexos y sociedades con el exgobernador de la entidad, César Duarte.

Ante este panorama, la candidata del PRI a la gubernatura, Graciela Ortiz, reconoció el 25 de mayo que los números no le alcanzan ni para ser el tercer lugar electoral en la entidad y en una conferencia de prensa pidió que los votos que estaban destinados para ella, los dirija la gente para el PAN. Esto lo hizo de palabra y sin consultar a las bases de su estado, pero con la anuencia del líder nacional de su partido, Alejandro Moreno Cárdenas.

De inmediato las bases estatales se le fueron encima en la misma conferencia donde había anunciado su declinación, hubo exlíderes estatales del tricolor que le reclamaron que ellos habían arriesgado la vida por sus ideales, por defender al PRI, y ella, con la mano en la cintura, deshace todo vínculo entre electores y el partido sin consultar, y es tomado como una ofensa a los militantes de Chihuahua. No tardaron los priistas en colocarse en otros partidos, principalmente a Morena, para hacerle frente a esta decisión, con lo que la huida de priistas de Chihuahua hacia las filas de otros partidos continúa, a pesar de que el anuncio fue hecho hace una semana.

A la candidata del PRI en Chihuahua se le sumó el exgobernador por ese mismo partido, Fernando Baeza, molestando más todavía a la militancia y la sociedad chihuahuense, que veían cómo el partido que había gobernado por muchos años la entidad se diluía por el simple hecho de no perder, con el pretexto de detener a Morena, a pesar de que el actual gobernador panista, Javier Corral, mantiene una relación armoniosa con la 4T, incluso este anunció su salida del grupo de gobernadores de la oposición para coincidir en varios puntos de vista con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Las declinaciones son contrarias al espíritu político de las bases, ya que se habló todo el tiempo antes de la construcción de alianzas electorales entre el PAN, el PRI y el PRD; sin embargo, la militancia priista rechazó dicha coalición porque ponderaron su trayectoria personal y la historia de su organización política sobre el triunfo electoral. La respuesta de una alianza con el PAN fue siempre un no contundente. Ahora, ante la necesidad de no quedar tan mal -como se advertía- la candidata del PRI traiciona a la militancia desde la perspectiva de los priistas chihuahuenses, en franco beneficio de Morena, que en ese estado consideraba que se quedaría en segundo lugar y ahora puede triunfar con el apoyo de los priistas y panistas inconformes.

En Guerrero la cosa no está mejor para el PRI o para el PAN. Porque en esa entidad resultó al revés, la candidata a la gubernatura por el PAN, Irma Lilia Garzón Bernal, declinó en favor del candidato de la coalición PRI-PRD, Mario Moreno Arcos, por lo que el dirigente estatal, Eloy Salmerón Díaz, convocó a reuniones con la militancia para considerar la expulsión del partido de su excandidata. El pretexto fue el mismo: cerrarle el paso a Morena.

La alianza electoral no pudo conformarse en la entidad porque decían que el agua y el aceite no se juntaban, y esto lo sabía Irma Lilia, pero no le importó.

Esta declinación la pensaron no sólo la candidata, sino el exgobernador Ángel Aguirre y el diputado local del PAN, Iván Pachuca.

En Baja California sucede lo mismo. El líder estatal del PRI, Carlos Jiménez, anunció el jueves pasado que retiran su apoyo a la candidata a la gubernatura Lupita Jones, pidió que los esfuerzos del voto se destinaran al candidato Carlos Hank Rhon, del Partido Encuentro Solidario, ya que se trata de apoyar a un priista en activo. Aseguró que seguirán apoyando la alianza, pero no a la candidata Lupita Jones: “No teníamos una posibilidad con Lupita, siempre estuvo en un tercer lugar con un porcentaje entre 12 y 14 puntos, jamás creció”, señaló.

En Sonora, Ricardo Bours Castelo, hermano del exgobernador Eduardo, era candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura, anunció un acuerdo de unidad con el candidato de la alianza PAN, PRI, PRD, Ernesto Gándara Camou, lo cual creó al interior de MC una gran inconformidad junto con los otros tres partidos, donde la efervescencia política interna puede crear problemas a la alianza. De inmediato la dirigencia nacional, encabezada por Dante Delgado, dijo que se trataba de una decisión personal y que ese partido no estaba de acuerdo.

Las alianzas siguen en todos los niveles y alcanzan, incluso, a los partidos nuevos, que no pueden estar en coalición porque le apuestan a la obtención de su registro. De tal suerte que el 60 por ciento de las declinaciones pertenece a los partidos nuevos, que seguramente con ello tienen un destino incierto.

El gran beneficiario, de pronóstico reservado, puede ser Morena, a quienes toman de pretexto otros partidos para combatir. PEGA Y CORRE. – Ahora, la secuela de contrincantes de la 4T señalados por delitos, Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI, fue acusado ante el Servicio de Administración Tributaria de la contratación de empresas fantasmas cuando fue gobernador de Campeche, para hacer operaciones simuladas y desvíos de recursos por más de 59 millones de pesos… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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