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Nomás no levanta.
No está hecha para la política, ni para el trato con la gente; odia a la prensa y dispone de los recursos del gobierno a diestra y siniestra para su campaña.
Su bunker, el Hotel Xalapa.
Ahí estableció su imperio electoral y los trabajadores, meseros y cocineros, recepcionistas y jardineros, mucamas y los llamados “bell boys” están a sus órdenes, incluidas por supuesto las suites, habitaciones y las legendarias “Villas” que miran a una hermosa piscina rodeada de legendarias araucarias.
Ahí despacha la Griego – al fin el IPE sigue siendo suyo- al lado del pretenso, del ex, de la mujer del ex y de un ejército de recomendados que se han convertido en aduladores quienes por más que le bailan y dicen chistes no le arrancan una sonrisa.
Es seca, fría y siempre anda de malhumor.
No soporta la crítica, ya llenó los expedientes de quejas contra periodistas e indeseables que se atreven a la censura o al más mínimo adjetivo en contra -ahora se le dice violencia de género-.
Eso sí, va en primer lugar en las encuestas (pagadas) que la colocan 30 puntos arriba de su más cercano Román Herrera, a quien ni voltea a verlo, pero sí le arrima el caballo, lo critica, lo discrimina por su color, por que se dedica a vender tacos.
La Griego no va a diálogo fuera de los oficiales que se están programando. Imposible fotografiarse al lado de los aspirantes y trae un staff arcoíris de miedo por las condiciones que ponen para acercarse, hacerle preguntas incómodas o hacerle petición alguna.
Es informal e impuntual. Deja plantados a los discapacitados y toda petición la deriva a sus colaboradoras que tampoco pelan ni muestran interés ya que para ellas la elección del primero de junio es puro trámite.
La petisa aspirante pue que vaya muy arriba en la numerología, pero no logra convencer a la cúpula de Palacio de Gobierno donde están las cifras reales que muestran que en la pasada jornada electoral dos tigres -Pepe Yunes y Américo- se llevaron la plaza, la gubernamental ya que la diputación a la que aspiraba el segundo la maniobraron en favor de la buena para nada Ana Miriam Ferraez.
Todo está muy bonito y hecho en su entorno.
Sin embargo, en las más altas esferas del poder hay preocupación porque no levanta. No anima, Carece de liderazgo y no hace clic con la gente.
Y si bien confían en que los beneficiarios en dinero y programas sociales, así como los becarios le darán el voto, ello no será suficiente para llevarla a la presidencia municipal de la capital.
Y es que Xalapa no es fácil.
Nunca ha sido fácil. A la gente le vale madre el voto. Es elitista y bien sabe que los últimos alcaldes han sido un fiasco en materia de transporte, agua contaminada de corrupción, vialidad, baches, puentes vehiculares inservibles, hacinamiento, 700 colonias por atender en servicios elementales y legiones de aviadores dispuestos armar una revolución si los corren.
¿por qué, entonces, habrían de votar por ella?
Máxime que ya le pisa los talones el también aspirante Román Moreno, un hombre fresco que, este sí, garantiza un segundo piso para Xalapa, pero en cuanto a vialidad; descentralizar la burocracia del centro de la ciudad, vía digital, acabar con los aviadores y la corrupción de CMAS y que “Xalapa deje de ser un ranchote”.
“Soy de a pie, no de a caballo y soy de engorda, por eso no contesto la campaña e insultos orquestada en mi contra”.
En la contraparte hay quien dice que Daniela Griego es una buena burócrata y que sabe administrar, Xalapa, sin embargo, no quiere una burócrata, requiere un líder que coloque a la capital a la altura de las grandes capitales del país.
Ya mismo cualquiera de los suspirantes es mejor que Griego para levantar a esta abandonada ciudad que crece en medio del desorden rodeada de una bola de haraganes cacalovers cuyo único requisito para que reciban dinero es que no estudien.
De ese tamaño es Morena, quiere zombis no ciudadanos.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
