Ante los reclamos de los grupos de la sociedad civil porque se emita una nueva declaratoria de Alerta por Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) para el estado de Veracruz, por “el creciente contexto de desapariciones de mujeres y niñas” en la entidad, el gobernador Cuitláhuac García tuvo la gran idea de enfrentar esto con un retén de alcoholímetro.
La Secretaría de Seguridad Pública del estado, junto con el ayuntamiento de Xalapa, fueron los encargados del operativo con los que Cuitláhuac García quiere lavarse la cara ante la inacción de su gobierno por la creciente violencia de género y los feminicidios.
Su solución ante este problema fue instalar la noche del sábado 10 de febrero un retén de “alcoholímetro con perspectiva de género”, en la avenida Maestros Veracruzanos.
Este alcoholímetro, supuestamente, es “para atender la última declaratoria de alerta de violencia de género contra la mujeres por violencia feminicida” añadiendo el “gran elemento” del uso de brazaletes en color morado que tenían la leyenda “Alerta de violencia de género/Veracruz- Operativo AVGM”, el cual fue comandado por una mujer policía.
Para atender este “novedoso” dispositivo se utilizaron en total 69 elementos:
– 18 policías estatales en al menos 3 patrullas
– 40 elementos de Tránsito del Estado en 9 patrullas
– 11 elementos de tránsito municipal en 5 patrullas
Más 2 representantes de la CEDH, 1 jefe de prensa y sólo un médico para las pruebas de alcoholímetro.
Los alcoholímetros, más que elementos de prevención del crimen o de cuidado del tráfico, tienen fama de ser mecanismos de la SSP y Tránsito municipal para extorsionar automovilistas, sobre todo a aquellos a quienes les quitan el vehículo por cualquier causa, quienes tienen que pagar grandes cantidades de dienero sobre todo a las empresas de grúas por el “arrastre”, las cuales operan sin ningún control e incluso fuera de los lineamientos fiscales, pues se niegan a entregar recibos de éste tipo