Cuitláhuac García, “famoso por sus dislates, que lo hacen parecer atarantado”, dice Alejandro Cacho
El gobernador de Veracruz arrasando en la República, su fama ya atraviesa fronteras. De su nominación como el sujeto más estúpido de Latinoamérica, o la desconfianza que genera por su forma de gobernar, sigue su pelea por el primer lugar como el gobernador más inepto de México. El periodista Alejandro Cacho lo describe como si lo conociera desde la infancia: “Siente que es López Obrador. Acapara los reflectores a la menor provocación. Proclive a las redes sociales, siempre pierde la oportunidad de quedarse callado. No entiendo cómo se describe como “docente por convicción”, si ni siquiera sabe hablar en público. Tiene pésima dicción y sus ideas son confusas, desordenadas, se agolpan en su cabeza, se atropellan. Habla sin pensar en lo que dice. Cambia los tiempos de los verbos y se mueve del plural al singular sin razón. Titubea y, de pronto, pierde el hilo de lo que está diciendo. Se ha vuelto famoso por sus dislates, que lo hacen parecer atarantado”. En Libertad bajo Palabra lo señalamos desde un principio, Cuitláhuac García tiene problemas para coordinar lo que piensa con l que dice. Alejandro Cacho, en su columna de el Heraldo de México, señala que “Cuitláhuac García Jiménez disputa un deshonroso título: el del peor gobernador de México”. A los veracruzanos no les queda duda, esa disputa está definida, Cuitláhuac García es el peor.
Casi 10 años después del desfalco, la FGR vincula a proceso a extesoreros de Javier Duarte; con maestrías y doctorados, cayeron en la trapa de Duarte
El desfalco lo cometieron en 2012, según datos del periódico Reforma; el recurso que desviaron era del sector educativo. La FGR imputa a cuatro exfuncionarios duartistas el desfalco de más de 2 mil millones de pesos. Que hayan transcurrido casi 10 años para que a estos sujetos los alcanzara la justicia es algo verdaderamente vergonzoso. Por supuesto, el hecho de que los vinculen a proceso no quiere decir que los habrán de encarcelar. Tomás Ruiz, Fernando Charleston, Gabriel Deantes y José Francisco Díaz podrán decir que ellos sólo hicieron lo que Javier Duarte les ordenaba, pero eso no los exime de responsabilidad. En su momento trascendió el desorden que Javier Duarte tenía en Finanzas, donde pedía y le entregaban dinero a discreción, sin importarles que el recurso estuviera etiquetado, en fin, la idea era reponerlo después con otro recurso que les llegara; de ahí la famosa licuadora. Estos cuatro personajes, con licenciaturas, maestrías y doctorados en Economía, desfalcaron al estado de Veracruz cumpliendo los caprichos de un gobernador voraz que pensaba que todo el dinero que le llegaba de la federación le pertenecía. Cayeron en la trampa de Duarte, y sólo la complicidad con las autoridades federales los podrá salvar de la cárcel. En una de esas los 4 se suman al criterio de oportunidad, y al rato los vemos como testigos VIP comiendo en restaurantes caros.
Gas Bienestar, el gusto sólo les duro dos meses. El gas de AMLO ya es más caro que el gas tradicional. El tanque de 20 Kg pasó de 400 a 490
Primero dijeron que el Gas Bienestar iba a costar mucho más barato que el gas LP tradicional, ese que las distribuidoras de siempre reparten de casa en casa a los ciudadanos. Resultó que el Gas Bienestar sólo costaba 40 pesos menos que el gas tradicional, y para colmó los ciudadanos tenían que bajar con su tanque, y subirlo hasta las azoteas de su casa ya llenos. Pero para muchos, esos 40 pesos que se ahorraban por tanque de gas merecía la molestia. Sin embargo, el gobierno federal anunció que el tanque de gas de 20 kilos costará 490 pesos, y el de 30 kilos pasó de 600 a 730 pesos, lo que significa que ya está más caro que el gas tradicional. Sobre este aumento la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum se excusó diciendo: “Si… qué bueno que lo dices porque es importante porque inició con un precio, más o menos, de 400 pesos y hoy está en 490. ¿A qué se debe este incremento? Pues al incremento de los precios internacionales que Pemex va ajustando, no tiene nada que ver con que el gobierno aumentó el precio del gas, sino que es un ajuste semanal que se tiene que hacer porque una parte del gas, pues se produce aquí, otro es importando y está asociado a los precios internacionales”. Como quiera que sea, el gobierno prometió un gas más barato, que compitiera con las gaseras tradicionales, pero resulta que ya está más caro que el de las gaseras tradicionales.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra