Chocan las corcholatas en Veracruz; desbandada Morena

La ciudadanía está de plácemes, los partidos políticos que no caben de gusto y la militancia chaira en franca desbandada.

Nomás no acierta.

No sabe para dónde ir y es tal la confusión, que la militancia se pregunta si las elegidas serán Claudia y la zacatecana Rocío Nahle, o serán Adán Augusto y Gutiérritos.

El fin de semana la opinión pública presenció lo que desde días atrás se venía pronosticando, un encontronazo entre el Secretario de Gobernación y la esmirriada Jefa de Gobierno de la ciudad de México.

Al circo se sumaron los aldeanos y las huestes de Cuitláhuac que, con todo el aparato volcado en favor de Claudia Sheimbaun dieron el espectáculo.

Mientras Sergio Gutiérrez amarrado a los petroleros para quedar bien con Adán Augusto López, solo acertaron a vestirse de verde, blanco y rojo -al estilo del viejo PRI- para congraciarse con el tabasqueño que tuvo que sacar la lupa para identificar a los seguidores de Morena.

Todo un espectáculo resultó observar cómo se trenzaron las militancias chairas en Coatzacoalcos en donde los empleados del Cui se empeñaron en la destrucción de la propaganda de Adán Augusto.

Este, en tanto, mostraba desde el presídium, un amenazante bat de beisbol adelantando que lo usará en su momento sin aclarar que será contra el hoy engallado Cuitláhuac.

Las crónicas reseñan paseos para la Clau en yate de lujo, porras sinfín y compromisos de votos de los 150 alcaldes reunidos en torno a la feliz mujer.

¿Qué más?

Opíparos banquetes, coronas de flores, blusas tejidas por artesanas, regalos sorpresa y toda una fiesta en favor de la gallina.

Lo que se vio fue una corcholata anonadada que no hizo nada mas que abrir los brazos para dejarse impresionar por quien en realidad es el poder veracruzano tras el trono, Roció Nahle.

Mientras por allá perdido en el Estero danzaba otra corcholatita, una corcholata “a huevo” que participa en el proceso sucesorio más con calzador que por decisión de AMLO.

Ricardo Monreal, también llegó a Veracruz para dar una modesta conferencia quesque “magistral” a la cual asiste de manera sorpresiva Paty Lobeira, quien abandona la cama de hospital para estar presente en el deslucido evento del senador.

Ello despertaría una serie especulaciones y lecturas políticas sobre el porqué de la presencia de la nuera de Yunes Linares, quien por cierto este domingo subió a las redes una fotografía nadando entre tiburones, ridículo el viejito.

Monreal viejo zorro de la política y conocedor de las entrañas del pejismo, dedicó su “magistral” charla a advertir -de nuevo- la perniciosa violencia y violación de los derechos humanos en Veracruz, al igual que la urgencia de que el gobernador Cuitláhuac García comparezca ante el órgano legislativo federal.

Hay que reconocer que Monreal se llevó sus aplausos, aunque no de parte de los seguidores de Morena, sino de los acarreados que llevó la edil, puro panista.

La cereza del batido pastel moreno la dio Marcelo Ebrard.

De plano se negó visitar el leonero veracruzano y prefirió quedarse en Puebla “donde si me quieren”. Ahí en deslucidos mítines fue vitoreado.

En resumen, el show nacional escenificado desde Veracruz el fin de semana, no hizo más que mostrar lo que desde hace tiempo se percibe en el ámbito partidista, la brutal división que vive Morena, así como el necio afán de Cuitláhuac por jugársela a morir con Claudia sin reservas ni con el cuidado de las formas.

Echó toda la carne al asador en favor de Claudia -comadre de Nahle- a sabiendas de que al acatar el mandato de la zacatecana se están jugando el todo por el todo de cara al temor ir a la cárcel.

La visita de las corcholatas arroja además una lectura adicional.

La división por ellos mismos gestada es la mejor oportunidad para los partidos políticos, para la Alianza PAN/MC/PRI/PRD, de alcanzar la alternancia al quedar claro que el más importante enemigo de Morena es Morena.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo