CENTENARIO DEL FALLECIMIENTO DE VLADIMIR LENIN. (IV)
“El imperialismo, fase superior del capitalismo”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
Nos encontramos ya en el año 1916, en los artículos anteriores nos referimos a obras escritas por Lenin entre los años 1899-1902. Los títulos de los libros van mostrando la temática y evolución de la misma, ejemplos: en “El desarrollo del capitalismo en Rusia” (1899), conocimos cómo fue modificándose el mercado interno en Rusia, cómo el salario es la nueva forma de explotar y esclavizar a los trabajadores, cómo esa explotación va creando plusvalía, etc. En el libro: “Qué hacer”, Lenin plantea cual debe ser la organización de la lucha revolucionaria contra el zarismo, y algo más, mantiene una fuerte discusión académica, intelectual, económica y filosófica, con los marxistas que no pensaban como él. Ahora bien, al salir publicado el libro que en este artículo nos ocupa, aquí el autor está criticando fuertemente al sistema capitalista, ya que, para él, el modelo ha llegado a la cúspide de la descomposición la cual ha denominado “el imperialismo”, y al igual que en las obras anteriores, mantendrá una férrea discusión con los marxistas que apuestan por la socialdemocracia.
Apostar por la socialdemocracia implica mezclar el marxismo con algunos postulados de la democracia tradicional, esto para Lenin es inaceptable, sería como reconocer que el pensamiento de Marx debe ser modificado. Es por ello que en este libro el escritor ruso se va contra Kautsky y todos sus seguidores, aclarando que el erudito marxista Kautsky, desde un inicio defendió el pensamiento original de Marx, de hecho, una vez muerto Karl Marx, Kautsky fue el que se encargó que se publicara el libro de Marx sobre la plusvalía, algunos estudiosos ubican esta obra como el tomo IV del capital, otros lo ven como un libro independiente. El asunto es que Kautsky si bien fue un marxista ortodoxo, notó que el movimiento que encabezaba Lenin podría llevar a Rusia a la dictadura no del proletariado, sino de la clase gobernante que arribaría al poder si la Revolución socialista triunfaba y todo esto ocasionó que Lenin lo tratara en el libro como un traidor oportunista.
Retornando a la crítica contra la fase superior del capitalismo realizada por Lenin, el autor en el prólogo de la obra nos muestra los temas que leeremos detalladamente: “Datos sumarios de esa clase, irrefutables, son los que utilizo al describir el modo como estaba repartido el mundo en 1876 y en 1914 y el reparto de los ferrocarriles en todo el globo en 1890 y en 1913. Los ferrocarriles constituyen el balance de las principales ramas de la industria capitalista, de la industria del carbón y del hierro; el balance y el índice más palmario del desarrollo del comercio mundial y de la civilización democrático-burguesa. En los carriles con la gran producción, con los monopolios, los sindicatos patronales, los cartels, los trusts, los bancos, la oligarquía financiera. La distribución de la red ferroviaria, la desigualdad de esa distribución y de su desarrollo, constituyen un exponente del capitalismo moderno, monopolista, de clase mundial.”
Es muy probable que en estos males ocasionados por el monopolio capitalista-imperialista explicados por Lenin, hayan estado de acuerdo la mayor parte de los marxistas de cualquier facción. También es importante que el lector ubique el contexto de cómo estaba el mundo cuando fue publicado el libro. Sí hablamos del año 1916, alcanza con decir que el mundo europeo vivía enfrascado y ensangrentado por la primera guerra mundial, guerra que para Lenin era una conflagración imperialista, es decir, la guerra era de los países capitalistas contra ellos mismos por la obtención del control, el monopolio, para ese entonces, las naciones poderosas seguían dominando y explotando a las naciones pobres y subdesarrolladas, e incluso, Lenin aprovecha la guerra que él llama imperialista, para demostrar y confirmar que mientras exista la propiedad privada, nunca podrán evitarse las guerras, porque esos tratados de paz que se firman, tarde o temprano serán desconocidos debido a que siempre un poderoso querrá ampliar su poder o una nación en crecimiento querrá quitarse el yugo y así la historia se repite una y otra vez. En esencia, la fase del capitalismo al imperialismo, el autor la define con estas palabras:
“El capitalismo se ha transformado en su sistema universal de sojuzgamiento colonial y de estrangulación financiera de la inmensa mayoría de la población del planeta por un puñado de países “adelantados”. El reparto de este botín se efectúa entre dos o tres potencias rapaces, y armadas hasta los dientes (Norteamérica, Inglaterra, el Japón), que dominan el mundo y arrastran a su guerra, por el reparto de su botín, a todo el planeta.”
Luego entonces, para Lenin sólo había un camino y este se llama socialismo, empero, para llegar a él debía sí o sí hacerse una Revolución violenta, armada, una Revolución encabezada por el proletariado quienes debían quitar del poder al viejo régimen y momentáneamente el proletariado convertirse en la clase gobernante a través de la dictadura, una vez instaurados en clase gobernante, se realizarían las reformas necesarias para implementar el socialismo, verbigracia, se eliminaría la democracia, creación del Estado burgués, se eliminaría la propiedad privada, deberían exterminar a los contrarrevolucionarios, es decir, a todos aquellos que no estuvieran a favor de la causa socialista tal como la planteaban los leninistas.
A manera de síntesis, ese era el programa que iba a desarrollarse meses después a la publicación del libro: “El imperialismo, fase superior del capitalismo”. Lo valioso del libro en el entorno que fue publicado es que desnudaba las injusticias de un régimen que independientemente estemos de acuerdo o no con Lenin, si había creado una enorme desigualdad en el mundo, el autor lo demuestra con datos concretos al mostrarnos la riqueza de una nación en comparación con la pobreza de la otra. El libro lo concluye con el capítulo X: “El lugar histórico del imperialismo”:
“Como hemos visto, el imperialismo por su esencia económica es el capitalismo monopolista. Esto determina ya el lugar histórico del imperialismo, pues el monopolio, que nace única y exclusivamente de la libre competencia, es el tránsito del capitalismo a una estructura económica y social más elevada. Hay que señalar particularmente cuatro variedades esenciales del monopolio. Primero: El monopolio es un producto de la concentración de la producción en un grado muy elevado de su desarrollo. Segundo: Los monopolios han venido a recrudecer la pelea por la conquista de las más importantes fuentes de materias primas. Tercero: El monopolio ha surgido de los bancos, los cuales, de modestas empresas intermediarias que eran antes, se han convertido en monopolistas del capital financiero. Cuarto: El monopolio ha nacido de la política colonial.”
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