*AMLO odia a reporteros locales pero da asilo a foráneos
*“La información es poder” y López Obrador no lo ignora
TAL VEZ el “terrible” narcotraficantes (de los años ochentas y no de la actualidad) Rafael Caro Quintero nunca pise una cárcel norteamericana pese a ser reclamado por el Gobierno de los Estados Unidos tras el secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar que de acuerdo a los informes históricos, fue levantado en Febrero de 1985 por órdenes del, entonces, Jefe de Jefes, Miguel Ángel Félix Gallardo, cofundador del cártel de Guadalajara junto con Ernesto Fonseca Carrillo y Caro Quintero, privación de la libertad que fue ejecutada con el apoyo de policías de la Perla Tapatía mientras salía del consulado estadounidense, y dos horas después también fue plagiado el piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar que, también, al igual que Quique Camarena, era infiltrado en el cartel, hechos ocurridos en la carretera Guadalajara-Chapala. Los dos fueron llevados a una finca propiedad de Rubén Zuno Arce, donde los torturaron y asesinaron y los cuerpos de ambos fueron encontrados el 5 de Marzo del mismo año en el rancho El Mareño, dentro del poblado La Angostura, Michoacán, gracias a una llamada anónima a la, entonces, Procuraduría General de la República proveniente de la ciudad de Los Ángeles; los cadáveres estaban atados de pies y manos y guardados dentro de bolsas de plástico, lo que después se volvió clásico en los años venideros, por lo que la muerte de ambos causó un conflicto entre Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, quien creía que su fallecimiento podría traerles consecuencias negativas, como finalmente ocurrió, y por el que ambos, o más bien los tres ahora se encuentran en prisión convertidos en unos ancianos, don Neto en cautiverio domiciliario.
PERO DECIAMOS que Caro Quintero tal vez nunca sea extraditado, como lo exige el Gobierno de Joe Biden, y no porque lo proteja Andrés Manuel López Obrador sino porque con el prisionero en su poder podría querer negociar una liberación o asilo que le conviene, desde su perspectiva: la del fundador de WikiLeaks, Julián Assange, quien fue detenido en la embajada de Ecuador en Londres el 11 de Abril de 2019 a las 6 de la mañana, después de que el gobierno ecuatoriano le retirara el asilo que le había otorgado desde el 19 de Junio de 2012, y Lenín Moreno, presidente de ese País lo calificó de ser un “hacker miserable y malcriado”. La policía británica anunció el arresto el mismo día, después de que Scotland Yard recibiera autorización por parte del embajador de Ecuador para entrar en la Embajada. El coordinador de la defensa jurídica de Julián Assange, el ex juez español Baltasar Garzón, informó que prepararía una denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuya última resolución al respecto habría incumplido Ecuador al no evaluar la necesidad de mantener el asilo antes de retirarlo. El primero de mayo de 2019, fue sentenciado a 50 semanas de prisión en Reino Unido por haber violado los términos de la libertad condicional concedida en el año 2010 por la justicia británica, cuando el 19 de junio de 2012 se refugió en la embajada de Ecuador de Londres para evitar su entrega a Suecia que quería interrogarlo por presuntos delitos sexuales que él ha negado. Prisionero en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh en el sur de Londres, está bajo amenaza de extradición a los Estados Unidos donde enfrenta hasta 175 años de prisión por espionaje.
PERO el Presidente Andrés Manuel López Obrador que no defiende a los periodistas de su País a los que, por el contrario, agrede permanentemente, exhibe e, incluso, casi los pone a merced de la delincuencia, defiende, sin embargo, a Julián Assange, a quien Estados Unidos considera un espía y traidor, y lo defiende por encima de todo, incluso de la relación comercial con el vecino País del Norte, a cuyo presidente Joe Biden ha enviado una carta detallando su posición en torno al caso del fundador de WikiLeaks y las razones por las que debe ser liberado. Al hablar del contenido de la misiva que le dejó al mandatario norteamericano, dice que en ella explica a su homólogo que Assange no cometió delito alguno. “Él no le causó la muerte a nadie, no violó ningún derecho humano (…) Detenerlo iba a significar una afrenta permanente a la libertad de expresión y a la libertad”. El australiano, como bien se sabe, está detenido en una prisión de Reino Unido, que autorizó su extradición, ya que es reclamado por la justicia de Estados Unidos para ser juzgado por presuntos delitos de espionaje, luego de que hace más de una década dio a conocer miles de cables clasificados que dejaron constancia de violaciones a derechos humanos y delitos cometidos por Washington durante sus intervenciones en Afganistán e Irak, así como otras acciones de injerencia en diversas naciones del orbe, lo que el vecino País del norte considera una afrenta.
Y COMO sabe de antemano que Estados Unidos no soltará a Julián Assange, aun cuando López Obrador le ha ofrecido protección y asilo político en México (protección que no brindó a los 12 periodistas asesinados en el País en lo que va del año y a las decenas de agredidos), seguramente Caro Quintero será parte de la negación: me entregas a Assange (para que cuente todo lo que sabe y se guardó de Estados Unidos) y te entrego a Rafael Caro Quintero, un narcotraficante pasado de moda, y solo recordado por lo ocurrido en el Rancho El Búfalo, el secuestro de Camarena Salazar y su detención en la Quinta La California, dentro de la comunidad de San Rafael Ojo de Agua en Alajuela, Costa Rica, el 18 de Septiembre de 1985, junto con José Albino Bazán, Juan Carlos Campero Villanueva, Luis Beltrán, Miguel Lugo y Violeta Estrada Yaver por el presunto secuestro de Sara Cosío Viddaurri, hija de Octavio César Cosío, exsecretario de Educación en Jalisco, y sobrina de Guillermo Cosío Vidaurri, exgobernador de esa Entidad, quien declararía que no estaba secuestrada sino que era pareja de Rafael Caro Quintero, además de aquel ofrecimiento de pagar la deuda externa si lo liberaban y le permitían seguir delinquiendo.
Julián Assange por Rafael Caro Quintero o viceversa no suena descabellado, y acaso la extradición del capo que, por lo pronto ya fue amparado contra cualquier intento aislamiento o extradición sin previo juicio, depende de que tan generoso es el Gobierno de Estados Unidos con AMLO y le entrega a Assange libre de toda culpa, para que venga a gozar del asilo con todas las comodidades, y de paso suelte la sopa en torno a lo que se guardó de los vecinos del norte, que al fin y al cabo, como solía decir don Fernando Gutiérrez Barrios, la información es poder. OPINA [email protected]