*Le dictan nueva orden de arresto por extorsión y abuso
*Síndrome de Hibris acomete a los hombres en el poder
EL SÍNDROME de Hibris (SH) es un trastorno emocional que afecta a quienes ejercen el poder en cualquiera de sus formas. Se trata de una alteración que ha sido descrita en muchas áreas, pero que se ha analizado más en la política a partir del comportamiento común en muchos líderes en los que, cualidades como la confianza y la seguridad en sí mismos tienden a transformarse en arrogancia y prepotencia. El nombre de esa condición se deriva de ‘hyibris’, un concepto griego que significa desmesura y hoy alude al orgullo o a la autoconfianza exagerada cuando se ostenta alguna posición de mando, y si bien el SH no está dentro de la clasificación de enfermedades psiquiátricas, no quiere decir que no pueda haber una patología que reúna determinadas particularidades específicas. En México se ha tornado muy común esa alteración, sobre todo entre quienes nunca han ejercido poder y de pronto lo hacen, y locos se quieren volver, y afectados por ese efímero dominio sobre los demás incurren en actos que han dado pauta a una frases que no tiene desperdicio: “los carniceros de hoy serán las reses del mañana”, y aunque la historia se repite constantemente nadie aprende en cabeza ajena, pues llegan nuevos mandos y vuelven a incurrir en los mismos errores. Por ello, cuando concluye un trienio o sexenio sea municipal, Estatal o Federal los que llegan a ejercer Gobierno desatan una persecución contra los antecesores –sobre todo si son de otros partidos-, en una repetición de hechos de nunca acabar, lo que en el argot se identifica como canibalismo político.
Y EL tema viene a colación por lo que está ocurriendo con Rogelio Franco Castán, un perredista que se prestó al juego de perseguir a los enemigos del yunismo al que servía entonces como Secretario de Gobierno, y no dudó en cometer toda suerte de atrocidades solo porque podía, y si bien los perseguidos no eran blancas paloma sino que merecían ser juzgados, las ansias de notoriedad se hicieron presente demostrando, paralelamente, quien mandaba o era el segundo de a bordo en el pasado bienio gubernamental. Franco fue acusado, incluso, por su ex esposa de haberla golpeado, algo que si bien fue aprovechado por su ex pareja para hundirlo, lo cierto es que las fotografías evidenciaron la violencia de un, entonces, todopoderoso funcionario al que nada podían hacer, al tiempo que determinó llevar a prisión a mucha gente, en tanto sus alforjas se hinchaban de ese poderoso caballero que es don dinero, abriendo restaurantes y hasta hoteles. Todo un señor de izquierda venido a más que ahora se manejaba en las grandes ligas, ávido de rozarse con las familias más pudientes tras desempeñarse en sus inicios como empleado de Arturo Herviz Reyes.
FRANCO CASTAN fue detenido por elementos de la Fiscalía General del Estado el pasado 13 de Marzo de este año en Tuxpan por presuntos ultrajes a la autoridad, lo cual se suscitó cuando la Policía Ministerial pretendía cumplir con una orden de aprehensión por otra denuncia en su contra. La detención fue debido a que Rogelio, de acuerdo al parte policial exagerado, agredió de manera física y verbal a un elemento de la Policía Ministerial que se encontraba realizando las funciones que por Ley le competen para dar cumplimiento a una orden de aprehensión emitida bajo los efectos del Proceso Penal 57/2021, por lo que fue trasladado a las instalaciones de la Unidad Integral de Procuración de Justicia de Tuxpan e internado en el reclusorio de aquel lugar. La detención inicial era por violencia intrafamiliar cometida en contra de su exesposa Guillermina Alvarado.
ROGELIO, ERA, al momento de ser detenido, candidato a una diputación plurinominal que finalmente ganó, pero que no podrá ejercer pese a que, cinco meses después de su liberación, el Juez Séptimo de Distrito ordenó que el ex dirigente estatal del PRD, ex secretario de Gobierno y diputado Federal electo, Rogelio Franco Castán sea liberado, además de anular el auto de vinculación del proceso penal 50/2021 por considerarlo injusto y excesivo. El juez Ricardo Mercado Oaxaca determinó que en el proceso a Franco Castán no se analizó adecuadamente el delito que le atribuyó la Fiscalía General del Estado de Veracruz, por lo cual precisó que se emita una nueva resolución analizando si existen pruebas fehacientes del presunto delito por el cual está bajo proceso. Además, el juez señaló que la jueza de control que tiene a cargo el caso, si determina vincular otra vez a proceso a Rogelio Franco Castán debe imponerle una medida distinta a la prisión preventiva.
Y CUANDO el perredista ya se sentía con un pie en la calle, de pronto las “justicieras” autoridades de Veracruz –que para eso están aliadas la Fiscalía y el Poder Judicial del Estado-, le obsequiaron una nueva orden de aprehensión, ahora por los delitos de extorsión, abuso de autoridad y contra la administración de justicia cometidos, presuntamente, en agravio de Arturo Bermúdez Zurita, ex Secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Javier Duarte de Ochoa. Las cosas se hicieron de manera tan apresurada, lo que demuestra que los actuales gobernantes no entienden que de perder el poder en el 2024 serán “las reses del mañana”, que la nueva orden de aprehensión se giró el martes 10 de este mes, siendo ejecutada a las 2:00 de la madrugada este miércoles 11 de agosto. El objetivo es que Franco Castán no deje la prisión, y por lo visto ahí permanecerá lo que resta de este sexenio y acaso el próximo si refrenda el triunfo MoReNa.
DAVID OWEN, médico y político británico, describe en su libro “En el poder y la enfermedad” que desde la antigüedad, el tema de ‘hybris’ se ha tratado en filosofía (Aristóteles, Platón, Herodoto) y que fue en el drama griego donde se desarrolló con más fuerza. Asegura que la trayectoria de la ‘hybris’ en los dramas griegos tenía, más o menos, las siguientes etapas: “El héroe se gana la gloria y la aclamación al obtener un éxito inusitado contra todo pronóstico. La experiencia se le sube a la cabeza y empieza a tratar a los demás, simples mortales corrientes, con desprecio y desdén, y llega a tener tanta fe en sus propias facultades que empieza a creerse capaz de cualquier cosa. El asunto es que dicho exceso de confianza en sí mismo lleva al líder a interpretar equivocadamente la realidad que lo rodea y a cometer errores. Al final se lleva su merecido y se encuentra con su némesis que lo destruye. En fin, triste final para quienes no entienden que el poder es para servir y no para servirse, además de que es temporal y efímero, pero ni siquiera los actuales lo perciben de esa manera, por el contrario son, quizá, los peores. OPINA [email protected]