Ciudad de México.- Greenpeace celebra la clausura temporal de la planta de Clorados III anunciada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), a ocho días del accidente en la planta petroquímicos Pajaritos.
Mientras que las autoridades de Protección Civil aseguraban que no había contaminación en la zona, Greenpeace advirtió desde el primer momento de la posible liberación de tóxicos al ambiente y demandó que se tomaran las medidas pertinentes. Con este anuncio vemos que las autoridades empiezan a tomar en serio el impacto de este accidente sobre las comunidades locales y el medio ambiente.
Ahora necesitamos que Mexichem asuma su responsabilidad en esta tragedia y actúe en la remediación con el respeto y transparencia que merece la gente de Coatzacoalcos.
La semana pasada un equipo de Greenpeace tomó muestras de agua y tierra del ambiente en la zona para analizar la presencia de sustancias tóxicas después de la explosión. Los resultados fueron enviados a laboratorios científicos y la organización espera tener los resultados dentro de un mes, éstos serán dados a conocer a las comunidades impactadas y a la población en general de manera inmediata a su obtención.
La planta Clorados III debería ser cerrada permanentemente y todas aquellas industrias que manejan sustancias químicas peligrosas deben eliminar el uso de compuestos tóxicos que son en sí, un riesgo permanente.
“Hay que preguntarnos por qué el gobierno dejó seguir funcionando -al lado de un río y una comunidad-, a una empresa con una historia de accidentes, que manejaba químicos altamente tóxicos, cuando había un riesgo tan alto. Pero ahora, más que nunca, tenemos que revisar radicalmente el manejo de sustancias peligrosas en nuestro país para evitar que tragedias como la de Pajaritos se repita”, indicó Robin Perkins, líder del proyecto de Tóxicos de Greenpeace.