*Inflación arrasa con precios de canasta básica y otros
*Ni siquiera las migajas de AMLO permite estabilidad
MAS ALLA de homicidios, feminicidios, secuestros, levantones, extorsiones y asaltos que diariamente se viven a lo largo y ancho del País, lo verdaderamente preocupante para la población, la mayoría en pobreza o pobreza extrema, son los precios de la canasta básica y de los alimentos que salen de ese entorno, producto de una inflación de 7.29 por ciento, algo que no se veía en 20 años –pese a los manos gobiernos conservadores o neoliberales-, y que no pueden superar ni siquiera las migajas adicionales que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ordena repartir –vía programas sociales- entre el “pueblo bueno”. En ese contexto, AMLO se ha visto obligado a reconocer la importancia del sector privado, porque una sociedad reprimida aguanta, pero una con hambre definitivamente se rebela. Y es que solo para entrar en contexto, es menester saber que el precio de la canasta básica alimentaria tuvo un incremento de 13.4 por ciento, casi el doble del 7.29 por ciento que registró el índice de precios general al cierre de la primera quincena de marzo, según el monitoreo del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA). Partiendo de lo anterior, la inflación que muestran esos productos considerados básicos e indispensables para millones de mexicanos está tres veces por arriba de la meta de inflación que tiene trazada el Banco de México, que es de 4 por ciento, factor que ha llevado a esa instancia central a elevar en múltiples ocasiones su tasa de referencia. Por segmentos, el seguimiento muestra que el índice de precios de proteína animal registró un incremento anual de 9.4 por ciento y mensual de 0.6 por ciento. Y no hablamos, por supuesto, de alimentos sofisticados, sino de productos simples que consume la mayoría de mexicanos como: maíz (convertido a tortillas), frijol, arroz, azúcar, harina de maíz enriquecida,
aceite vegetal comestible, atún y sardina, ya que los huevos a granel, que son alimento diario y que no están en la canasta básica se encarecieron en un 13 por ciento, a tal grado que el kilo se encuentra entre 33 y 36 pesos.
AMLO LO sabe, y aunque fue tentado a establecer un control de precios similar al de la gasolina, esto es, absorbiendo el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) como lo hace con los combustibles, su gabinete económico le hizo ver la inconveniencia ya que no habría dinero que alcanzara para ello, además de que el sector privado no se prestaría a una imposición semejante, y en ese tenor se vio obligado a recurrir a comerciantes, empresarios, industriales y agroindustriales (a los que tanto aborrece) para que lo apoyen y que el pueblo no le eche en cara su ineficacia en el oficio de la gobernabilidad, proponiéndoles un plan contra la inflación que tiene como objetivo que el costo de 24 productos básicos sea 20 por ciento menor a lo que costaría en tiendas comerciales por el resto del año. La rebaja incluirá maíz, frijol, trigo, arroz y leche, aunque también estarán incluidos sardina, atún y jabón detergente para uso doméstico, y los sectores involucrados, incluidos los agroindustriales, han tenido una respuesta positiva a la idea para frenar la inflación que a ellos tambien les pega, ya que a menor venta menor ganancia y riesgos de cierres.
DICE EL titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Manuel Villalobos que la estrategia no se considera un control de precios sino “fomentar la productividad nacional, disminuir la dependencia, la importación, y también en forma muy importante atender a los más necesitados, porque definitivamente son los que están sufriendo más el impacto de la inflación, aunque debería reconocer que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, por sus politiquerías se ha olvidado del campo, del sector industrial y comercial, y a la fecha el País camina pero sin liquidez dada la fobia presidencial contra ricos o a quienes considera neoliberales ladrones. En la estrategia participarán las tiendas de autoservicio, pero a la vez también formarán parte las estaciones de productos básicos como Diconsa, que son más de 24 mil en todo el País.
ALGUIEN DIJO alguna vez que México, con el estilo de gobernar de López Obrador terminaría al nivel de Venezuela, y los indicadores se encaminan hacia esos escenarios, si bien aún no se padece la insuficiencia de alimentos y productos en tiendas. Sin embargo, si no vuelve el rostro al campo y se recuperan espacios abandonados por la intervención de grupos delincuenciales, seguiremos dependiendo en granos y semillas de Rusia y Ucrania que actualmente enfrentan severos conflictos bélicos, o de China y Estados Unidos que terminarán por encarecerlos, haciendo más evidente la inflación que enfrenta el País y, por supuesto, la inaccesibilidad a ciertos productos como ya sucede con alimentos como carne de bovino, pollo, pescado e, incluso de cerdo, ya que los productores de estos últimos prefieren exportarlo que someterlo a costos bajos en el País.
Y ES que entre los mayores impactos de la inflación que conlleva a carestía se encuentra la carne de res, cuyo kilogramo pasó de 146.3 pesos a 173.1 pesos en el último año, es decir, un alza de 18.3 por ciento. El tocino subió 13.4 por ciento, la leche 12.9, la carne de pollo 10.3 y la carne de cerdo 10.9 por ciento. De acuerdo con el GCMA, esos incrementos son producto de mayores precios al productor, encarecimiento de las materias primas y alzas en la cadena de suministro, y en lo que se refiere al segmento de granos y abarrotes, su índice inflacionario creció 5 por ciento anual y 0.8 por ciento mensual, destacando 21.2 por ciento de la harina de maíz y 19 por ciento de la tortilla de establecimiento, este último clave en la dieta diaria de aproximadamente 90 por ciento de los mexicanos. Y qué decir del índice de precios anual de frutas que aumentó 33.5 por ciento, y en ese rubro el limón es el producto que muestra el mayor encarecimiento con 113 por ciento, luego de que el kilogramo pasara en el último año de 41.2 a 88.1 pesos, seguido por el aguacate con 85.7 por ciento al escalar de 45.2 a 84.8 pesos el kilo. Detrás se encuentran la toronja con 44.6 por ciento, la uva con 31.9, la manzana con 28.5, la naranja con 19.2, el plátano con 15.9 y el mango con 15.5 por ciento. Pero no solo eso: el índice de precios hortícolas refleja un incremento anual de 15.8 por ciento y un descenso mensual de 3.8 por ciento, destacando el caso de la cebolla que muestra el incremento más alto de la canasta al pasar de 12.6 a 37.9 pesos el kilo, es decir, un incremento de 200 por ciento.
EN FIN, más allá del discurso mareador del Presidente López Obrador que lo dedica diariamente a conservadores, saqueadores y periodistas, intelectuales y hasta ambientalistas que se enriquecían a costa del erario, está la realidad de una inflación que arrasa con todo, y que el Presidente no ha podido contener, y menos cuando al frente del Banco de México fue impuesta una inexperta en el tema, y ahí están las consecuencias. Un México que sigue los pasos de Venezuela, y que a pesar de los programas sociales, los efectos de la crisis al pueblo no podrá soportarlos. Así de simple. OPINA [email protected]