¿A quién quieren engañar? Los sueldos en funcionarios públicos de alto nivel no importan, su fuerte está en el saqueo y las mochadas

’12/12/2024’
’12/12/2024’
’12/12/2024’

¿A quién quieren engañar? Los sueldos en funcionarios públicos de alto nivel no importan, su fuerte está en el saqueo y las mochadas

¿Usted cree que el gobernador de Veracruz sería capaz de exponer su estulticia e ineficacia por sólo 60 mil pesos mensuales? ¿Usted cree que en verdad los sude? Para nada. La austeridad republicana, y después la pobreza franciscana, es una de las tantas jaladas del presidente López Obrador, un espejito brillante que le vendió a sus seguidores, quienes creen todo lo que sale de su boca. Los que conocen los intestinos de un gobierno, las vísceras de la función pública saben que las percepciones de dinero más sustanciosas de un funcionario de alto nivel están en las compensaciones, en las mochadas, en las cuotas que imponen a los subordinados que colocan en alguna dirección; el dinero que enriquece a un funcionario corrupto está en las empresas que inventan y que funcionan como proveedoras, como contratistas; empresas fantasma que reciben millones y millones de pesos en billetes de baja denominación que se acomodan en cajas de huevo, que se almacenan en aljibes, en bodegas. Por ello, el tema de los sueldos de los funcionarios públicos es cosa de risa. Un ejemplo claro. En el Congreso de Veracruz el presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Javier Gómez Cazarín, tiene dado de alta una treintena de medios informativos inventados al vapor, lo cuáles tienen convenios jugosos y que van a parar a las cuentas de este hampón que se reinventa como un hombre de familia, digno de representar a Veracruz en el Senado. Por eso, dejen de preguntar por los sueldos de los funcionarios, ellos son capaces de decir que su sueldo lo donan a los niños pobres del pueblo de donde salieron.

Pío López Obrador, bruto y cínico. Dice que no cometió ningún delito, a lo más una falta. Reconoce haber recibido dinero de David León

Mejor se hubiera quedado callado, pues a Pío López Obrador le está pasando lo de al pez del dicho, por la boca está muriendo. Reconoce el hermano de Andrés Manuel López Obrador que sí recibió dinero de David León, entonces operador político de Manuel Velasco, gobernador de Chiapas. Sin embrago, enfático y molesto Pío dice que no cometió ningún delito, a lo más una falta. Y para minimizar el hecho de haber recibido dinero ilegal para la campaña de su hermano, dice que ese dinero se utilizó para la gasolina, “para que nosotros pudiéramos movilizarnos y pudiéramos cumplir con organizar a la gente que quería un cambio verdadero en nuestro país”. No entiende el hermano de López Obrador que está reconociendo el delito. Recibió dinero para la campaña de López Obrador sin reportar ese recurso al INE, y no fue una vez, fueron varias veces. Además, habría que recordarle que como pago de esos favores que David León le hizo a nombre de Manuel Velasco, David León iba a ser nombrado el “Zar de las Medicinas” en el país. David León, como pago por esos favores, ya era el Coordinación Nacional de Protección Civil. Pero de haber llegado a ser el encargado de la distribuidora de medicinas, vacunas y equipos médicos que constituirá el gobierno federal, David León se hubiera empoderado de gran manera. ¿Cuál había sido su mérito? Entregar sobres amarillos llenos de dinero para la gasolina de los vehículos de campaña de López Obrador. Pero Pío dice que es inocente, que se siente con la conciencia tranquila y que él vive su vida de manera normal.

López Obrador dejó a Ovidio Guzmán en libertad. ¿Cómo le paga el favor el hijo del Chapo? Está tomando la CDMX con sus huestes

El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que fue por orden suya que se liberó a Ovidio Guzmán, el hijo del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán. “Yo di la orden”, dijo el presidente desafiante; sólo le faltó agregar: “Y háganle como quieran”. Este gesto de clemencia del presidente de México al joven narcotraficante ha tenido consecuencias. Si usted pensó que este abrazo del presidente a Ovidio significaría que el muchacho rectificaría su camino y dejaría de delinquir, se equivocó. Revela el periódico El Universal que “desde 2020 a la fecha, células del Cártel de Sinaloa, identificadas con Ismael El Mayo Zambada y Ovidio El Ratón Guzmán, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, así como de Rafael Caro Quintero pelean el territorio en la Ciudad de México, no sólo para actividades financieras o de trasiego de droga, sino para distribución y venta, principalmente de cocaína”. Al parecer con las últimas detenciones de narcotraficantes se ha recopilado información importante que señala como los grupos del Mayo Zambada, Ovidio Guzmán y Caro Quintero, disputan los territorios de la Ciudad de México. El informe de donde se toman los datos lo realizó la propia Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Al parecer Ovidio Guzmán, después del gesto de clemencia del presidente, no regresó al buen camino como el hijo pródigo.

Armando Ortiz                        Twitter: @aortiz52                                         @lbajopalabra