*Deshonesto no reportar al SAT e INE otros ingresos
*El “buen juez” debió informar en tiempo y forma
“DIME DE qué presumes y te diré de qué careces”, reza sabio refrán que sintetiza esos casos en los que una persona se atribuye cierta virtud, pero no tarda en dar señales que contradicen eso mismo que pregona, sentencia que le viene “como anillo al dedo” al presidente Andrés Manuel López Obrador, ahora conocido como “el cazador, cazado”, tras ser exhibido su hermano Pío López Obrador recibiendo dos millones de pesos –o más- del exdirector de Protección Civil del Gobierno Federal, David León Romero, recursos que, al parecer, fueron a dar a la campaña del ahora mandatario nacional como muchos otros dineros y que, para variar, no fueron notificados ni al Servicio de Administración Tributaria y, mucho menos al Instituto Nacional Electoral, en suma, un acto a todas luces ilegal y deshonesto que el titular del Ejecutivo justifica aduciendo que son colaboraciones o apoyos recibidos para impulsar el cambio, en pocas palabras, sumas que no justifican su origen lícito. Y es que López Obrador pareciera haber incurrido en todo aquello que antaño criticaba, y que le indujo a suspender toda suerte de apoyo a las organizaciones sociales, pues decidió que los recursos se entregaran de manera directa a los beneficiarios para evitar los moches o recortes que hacían líderes venales que no tenían otra forma de vivir sino a partir de quitar una parte de los respaldos a sus representados, como ocurría, también con sindicatos a los que redujo a nada.
PORQUE UNO se pregunta: ¿de qué vivió en la última década López Obrador si no trabajaba, si argumentaba que siempre traía tan solo 200 pesos en la cartera y que carecía de cuentas bancarias o tarjetas de crédito? Y la respuesta es simple: de lo mismo que los líderes venales que ahora tanto critica, de mocharles una parte por recomendarlos, por hacerlos alcaldes o legisladores, pero sin reportar nada a la Secretaría de Hacienda, esto es, sin cumplir obligaciones fiscales, aunque siempre se defendía que subsistía con la venta o regalías de sus libros, pero ni por asomo en materia de ventas se acercaba a Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Octavio Paz en sus días de gloria o Mario Vargas Llosa, por citar algunos. Vamos, sus libros ni siquiera tienen la aceptación de Pedro Paramo o los cuentos cortos del Llano en Llamas de Juan Rulfo –que son verdaderas cumbres de la literatura- y, por tanto, vivir de lo que éstos le reportaban era simple y llanamente, imposible. Vivía, como ha quedado claro, de pasar la charola entre sus representados, y nada tendría de malo si no fuera por un hecho: la deshonestidad de no informar a la Secretaría de Hacienda, al SAT o al INE, porque no hacerlo es deshonesto aquí y en China, y AMLO lo sabe, aunque como se trata de su persona lo justifica argumentando que son aportaciones al movimiento; “nos ha financiado el pueblo” –ese pueblo que a veces no tiene ni para comer, y menos para andar regalando el dinero que puede servir para tortillas o frijoles y chile-.
AHORA, TRAS aceptar la veracidad de los hechos, dice que “el buen juez, por su casa empieza”, y tras achacar la filtración del video de su hermano Pío como consecuencia de sus acciones contra la corrupción, pide que se investigue a su consanguíneo y a David León, pero el palo está dado, y si en realidad fuese un buen juez, desde el momento en que supo que existían esos videos debió salir a decirlo en la mañanera, a ordenar desde entonces que se investigara a Pío López y no después del hecho consumado, porque de no haber dado a conocer Carlos Loret de Mola las filmaciones, entonces nada se sabría y el “buen juez” seguiría calladito, porque así se ve más bonito, y todos contentos. Pero eso no ocurrió, y AMLO insiste en que se investigue tanto a su hermano Pío López Obrador como a su exdirector de Protección Civil, David León Romero, pues según la oposición que tanto ha golpeado y ridiculizado, el dinero era para apoyar al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), de cara a las elecciones de 2018. AMLO dice al respecto que en ese entonces su partido subsistía gracias a la aportación ciudadana, y qué bueno, pero qué malo y deshonesto que no se informara de ello al INE, al Trife y al SAT. “Ahora sacan videos de mi hermano recibiendo dinero en 2015, desde luego nada que ver con estas cantidades (del caso Lozoya), de todos modos es dinero, lo dije que cuando luchamos por una causa, todos aportamos, incluso yo viví de la cooperación de mucha gente, abrí una cuenta donde millones de mexicanos aportaron para erradicar la corrupción”, y en ese tenor está aceptando que recibió millones que nunca fueron reportados.
AMLO JAMAS consideró que al filtrar video de la corrupción del PRI y el PAN se estaba enfrentando a quienes por décadas manejaron los sistemas de inteligencia y espionaje en este país, y que el video de Pío y David León Romero podría ser uno de tantos que deben tener en su poder sus adversarios, y que no dudarán en sacarlos como un instinto de autodefensa ante tanta agresión de López Obrador a todo, sin que medien, como debería ser, denuncias judiciales que determinen si se es culpable o inocente, en tanto protege a corruptos que le sirven a su causa. AMLO quiere arrasar con todo y contra todos de cara a los comicios del 2021, luego de que su popularidad anda abajo de los 50 puntos debido a la falta de apoyo al sector empresarial y comercial en plena pandemia, lo que provocó cierres de negocios y, por ende, despido de más de un millón de trabajadores; un ineficiente combate al CoVid19 que hasta la noche del sábado había provocado 60 mil 254 muertes, la cifra más catastrófica visualizada por el subsecretario Hugo López Gatell; muertos por doquier debido a la inseguridad, atracos, robos, secuestros, todo debido a la pobreza acrecentada por su necedad de ahorro.
SI A lo anterior se suma la carencia de medicamentos para enfermos del VIH/Sida, un aumento exponencial de dengue e influenza, los bonos de López Obrador seguirán a la baja, en tanto sigue tratando se conservar adeptos solo a partir de saliva, de discursos insípidos que cada vez le creen menos, porque en los hechos no se reflejan sus palabras, y ahí están los familiares de personas desaparecidas que pese a los plantones permanentes frente a Palacio Nacional no han conseguido ser recibidos por AMLO, así como tampoco otras organizaciones urgidas de respaldo, como puede verse en las giras presidenciales cada vez más cuestionadas.
AMLO NO quiere combatir la corrupción sino denostar para ganar la elección intermedia del 2021, y en ese tenor mantendrá un discurso crítico contra sus adversarios a los que no baja de corruptos, en tanto fluyen videos que lo involucran lo mismo que a su gente más cercana, lo que permite deducir que no siempre que una persona habla con orgullo acerca de lo que es o ha hecho es portadora de esta lógica, lo que delata la existencia de ese mecanismo de presumir justamente de lo que se carece. OPINA [email protected]